Oda a Ferrell
Ferrell continúa con su relectura del género deportivo en clave de comedia, tras "Talladega Nights. The ballad of Ricky Bobby" (Pasado de vueltas, en su pobre título español). Al igual que en aquella, los guiones son sólo un poco más paródicos que aquellos en los que se basa, y eso es precisamente lo que provoca mi saludable incredulidad, ya que por si había alguna duda, nos encontramos ante una comedia. El uso de recursos argumentales convencionales del cine en los roles de los personajes y un cierto trasfondo ético redondean de nuevo la jugada para una film que por estos lares y tal y como esta el patio cultureta, seguro va a estar harto infravalorado. El público de la América profunda al que se dirige el film es ampliable al viejo continente, pues existen, bajo su simplicidad indisimulada, algunas ideas y deformaciones grotescas interesantes en su épica de supermercado (atención no obstante al hortera número con la canción de Armageddon, mucho mejor utilizada que en el film original). El film, producido por Ben Stiller, continúa su revisión de elementos de la cultura popular en clave grotesca, que estos comediantes parecen estar llevando a cabo (acordaos de Zoolander y el mundo del modeleo).
La interpretación de Ferrell vuelve a ser el punch de la peli: un deportista de élite caído en desgracia, siempre bajo los canones afectados utilizados por este tipo de cine, para burlarse en última instancia de la apología al triunfo de la cultura norteamericana, o de la cultura en general. Su actitud machista, segura de sí misma y estúpida contrasta una expresión incrédula que parece traslucir sus esfuerzos por comprender un entorno que desconoce. Esto pone sobre el tapete algunos de los vicios occidentales más básicos, y es que no sólo Linklater iba a poder hacer eso en Fast Food Nation... Si además, como en este caso, se define a su personaje como un patinador hortera y heavy adicto al sexo -con el cuerpo de un oso de gominola peludo que se presume musculoso a ojos de los demás personajes del film-, uno tiene los ingredientes de unas cuantas risas. El resultado es una parodia de la versión más apologética del triunfito contemporáneo. Un heroe caído desde la cima -dos en este caso, notable el mormón Jon Heder de Napoleon Dynamite- es obligado a volver a la acción y aprender algo importante por el camino. Lo mejor de la película es que, a diferencia de otras del género, y al igual que las anteriores comedias de Ferrell El reportero o la mencionada Pasado de vueltas, no perpetúa estereotipos (Si en aquella era como la identidad americana buscaba reforzarse frente a la amenaza del pensamiento europeo, en este caso es la masculinidad en contraposición con lo gay, atención a las coreografías de los bailes), confirmando a Ferrell y su apuesta por la comedia como una de las más atractivas junto a viejos elementos como Trey Parker o Matt Stone, o comedias animadas como Padre de familia, que vuestro ácaro favorito comentó hace unos días.
Ah, y sale mi adorada Jenna Fischer, de The office.
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